POR: Muñeca Bernard
Sus emociones viajan 80,000 veces más rápido que su pensamiento. ¿No es asombroso? Este pedacito de información nos ayuda a entender por qué cuando algo malo pasa, sentimos emociones crudas y traicioneras, pero no somos capaces de recordar inmediatamente que hacer o a quién llamar. Y a la inversa, es también cierto que cuando algo maravilloso pasa, estamos envueltos en el torbellino de la exaltación emocional, y en ese momento también, no tenemos la capacidad cognitiva de decidir exactamente que hacer Todo el pensamiento razonable y práctico llega a nuestro sistema nervioso mucho después de que la emoción se ha expresado. Todo el pensamiento razonable y práctico llega a nuestro sistema nervioso mucho después de que la emoción se ha expresado.
Las tremendas velocidades de nuestras respuestas emocionales en la vida nos ayudan a entender porque a menudo tendemos a obrar en base a sentimientos en vez de usar los principios. Algo o alguien necesita ponerle freno a sus emociones que viajan a una velocidad que es para romperse el cuello y obligarlas a someterse al fruto que solo se encuentra en el Espíritu Santo. Si usted continúa permitiendo que sus emociones lo lleven a tirones por la vida, siempre dirá cosas vergonzosas, actuará en maneras que son indignas, y nunca será la persona que Dios quiso que usted sea. Usted terminará causando el efecto de una erupción volcánica de alta velocidad que diezma a todo el mundo a su paso violento e iracundo.
Hay poco en la vida que sea de más importancia que asegurar el control de los asuntos de su corazón. Su corazón es de gran valor para Dios y debería ser tratado como un tesoro de gran valor. El problema está en el corazón: su corazón no desea ser guardado. Desea expresar en voz alta todas sus opiniones. Su corazón es apasionado cuando se trata de ventilar, vomitar y vocalizar cada pequeño sentimiento que ha experimentado. La Biblia nunca dice que se nos está permitido expresar todo lo que está en el corazón, simplemente dice que lo guardemos.